Descripción
De todos los modos de organización política, el Estado Moderno ha sido el que ha alcanzado la mayor perfección sistémica. Sin embargo, también desde sus orígenes, el Estado tiene un punto débil, ese momento del cambio político que, inevitablemente, se produce cada cierto tiempo. En ese momento, el aparato político entra en una crisis que amenaza con destruirlo.
Los juristas, como los sacerdotes de las viejas religiones, se aprestan a borrar esos detalles. La ideología, la propaganda y el derecho se afanan en cubrir, con el velo de la legalidad, las vergüenzas del emperador desnudo. Sin embargo, son momentos de horror repletos de violencia, confrontación entre el poder constituido y un poder constituyente que busca abrir nuevos ciclos. Es a esto a lo que el autor, analizando las fortísimas dosis de violencia física y simbólica que se movilizan, denomina “Golpe de Estado”.
Este libro viene a hablar de estas vulnerabilidades, pero sobre todo de la ideología que han ido desarrollando los juristas y teóricos para ocultarlas.